La eterna levedad de mi ser...

El viernes fuí a Chiras a ver a Joaquín Cortés y záz!! canceló.

Ayer fuimos otra vez a Chiras y záz! volvió a cancelar.

Ahora dicen que hasta noviembre o diciembre será la presentación. Lo peor es que volveré a intentar verlo.

Hablando de enchiladas, creo más que nunca coincido perfectamente con el título de mi blog: Las ruinas de mi vida.

En mis instrospecciones pedorras solo veo "edificios" derrumbados: aquí alguna opinión echada por tierra, aquí un sentimiento sin valor, allá la ingenuidad que me caracterizaba, un poquito más allá los placeres que solía tener, en medio de estos escombros están las risas auténticas, las sonrisas, las empatías. Solo quedan de pie los sentimientos de desolación, impotencia, indiferencia, conformismo.

Y no es nada gratificante, de verdad que no. Un día de estos comienzo con la reconstrucción, pero tengo que reunir fondos y todos los que pueden contribuir andan cortos de "efectivo". Pensarán que apenas si tienen para sus propias construcciones como para andar contribuyendo con las ajenas. La verdad no me apura. Dicen que Roma no se construyó en un día, pero no me crean a mí, yo solo repito lo que he oído.

Mi sentir general: Un ruido sordo. Un piquetito de dolor en el corazón. Dos piquetitos de dolor en el estómago.
Pero sobre todo ruido sordo.

No es mi intención levantar sentimientos de lástima, a mí alguien como yo solo me causaría exasperación, es solo que todavía me queda un poco de curiosidad por mi misma y quiero tratar de aclarar que me pasa exactamente. No quedarme solo viendo a distancia mientras veo la vida de los demás transcurrir como si nada. Los veo a todos tomandose tan en serio que no me queda más que creer que ellos, alabado sea Dios, si tienen claro quienes son y que quieren. Podría causarme envidia pero entre tantas cosas que he perdido está ese sentimiento y ahora la indiferencia ocupa su lugar. Digo, no soy tan indiferente a todo, todavía no soy el apio churido que algún día seguramente seré.

No, no tengo nada más que decir, solo que cada día me doy cabal cuenta de la soledad en la que me encuentro y no, no me digan sandeces como esa de que mis seres queridos y bla bla bla. La soledad de la que hablo es la desolación personal, la que cuando ves dentro de tí la puedes ver sentada en el trono ejerciendo control sobre tu reino. Puedo contar mis riquezas externas y la buena gente que me rodea y diría que soy afortunada. Y si lo soy, solo es esta obtuza recién estrenada manera de "pensar", de sentir, creo que la crisis que no me dió de adolescente me está dando ahora.....o eso, o estoy loca. O ambas. Total, que hueva me doy.

Brrrr.

Y pensar que Joaquín Cortés estuvo en Chiras y nunca lo ví.