Mi bisabuelo Pá Tin y mi abuelo Víctor

Mi abuelo Víctor, un año antes de conocer a mi abuela, sufrió un aparatoso accidente automovilístico (aunque vaya a ud a saber, siempre me ha llamado la atención esta historia, a que velocidad pudo haber andado allá por los 40's??), bueno, el caso es que quedó tan golpeado que lo dieron por muerto, no fué sino hasta que lo tenían en la plancha que alguien se percató que aunque levemente aún respiraba. De inmediato lo trasladaron a terapia intensiva y se debatió entre la vida y la muerte durante varios días. Cuando al fin despertó se encontró con que había perdido un ojo (dato innecesario pero pa que sufran: se le enterró la palanca de velocidades en el ojo, uyyyy), estaba inválido, había perdido 5 cms de estatura y tenía sabe dios cuantos clavos en todas partes del cuerpo (fué la única forma de poder unir tanta quebradera de huesos).
Estuvo en silla de ruedas por un año, luego conoció a mi abuela.

Mi bisabuelo Pá Tin (se llamaba Martiniano, pero a mi amá cuando era chiquita le decían que era Papá Martín, ella abrevió Pá Tin y así se le conoce hasta estos días en la familia) era autodidacta, sabía 5 idiomas, sabía de todo lo habido y por haber, tuvo que mantener a su mamá y sus hermanos desde los 11 años de edad cuando su padre se fué con la sirvienta luego de "regalar" la mayor parte de sus bienes a la Iglesia porque un padre (bien listote) le dijo que era "más fácil que un camello pasara por el ojo de una aguja a que un rico pasara al cielo" , ante tan malos augurios para su vida este niño desarrolló una especie de autoprotección basada en la "predicción" de situaciones, y así logró salvar el pellejo incontables veces. Pero un defecto había que tener y este era el de la DISTRACCION, así con mayúsculas. Las reuniones familiares maternas siempre terminan con grandes risotadas al contar cada quién alguna anécdota al respecto de Pá Tin todas mayormente relacionadas con su milenaria distracción, yo no lo conocí desgraciadamente pero su presencia ha perdurado en la familia hasta hoy.

Esto era un antecedente de ambos hombres. Vayamos al día en que se conocieron.

Mi abuela y Má Tita (su nombre era Petra, a mi mamá le decían que era Mamá Petrita, mi amá lo abrevió de esta forma y hasta la fecha todas las generaciones posteriores la conocemos así)
andaban de nervios porque Don Víctor iba a ir a cenar a la casa. Se le dijo a Pá Tin, quien se dedicaba a la peluquería, que tuviera mucho cuidado con lo que dijera, que Don Víctor recién había perdido un ojo y era muy muy sensible a este hecho. Se lo repitieron hasta el cansancio, y Pá Tin aseguró tener cuidado y no meter la pata como siempre.

El día de la cena todo parecía transcurrir muy bien (no para mi abuela que no quería casarse pero eso es otro tema) hasta que en el momento de la sobre mesa, Don Víctor le dice a Pá Tin:

Oiga, don Martiniano, y para cuando abre otra peluquería?

Nooo, pues con que ojos, mi Divina Tuerta???-fué la atroz respuesta.

Dicen que Don Víctor no volvió a abrir el pico en toda la noche. De todas formas para tribulaciones de mi abuela, ella y Don Víctor sí se casaron.