Friday, March 31, 2006

Adrian...

Todos los días pasabas por mí para llevarme a la escuela y eso se estaba convirtiendo en una pesadilla. Pronto empezé a odiar cuando llegabas a mi casa y tocabas el claxón para que yo saliera.

Un día fuimos de día de campo con nuestros papás, era como en los viejos tiempos, pero como ya había dicho, algo había cambiado. Me enseñaste la foto de tu novia, y me dijiste que era fea, pero que no importaba porque te quería y con eso era suficiente, noté que nunca dijiste que tú la querías, me hablaste también de que tus suegros te querían mucho y que estaban muy contentos de que fueras novio de su hija, que incluso parecía que te querían más a tí que a ella. Otra vez tu jactancia, cuando ví la foto te dije que no era nada fea, y que te dieras de santos que te hubiera volteado a ver, te quedaste serio, no entendiste que era una broma. Te levantaste y te fuiste, yo ya me estaba cansando de tu forma de tratarme, así que pensé que era lo mejor y sentí también un poco de alivio al pensar que ya no quedaba nada de lo que nos unía.

Un día, que salí temprano de la escuela, me iba a ir caminando a mi casa, cuando de pronto te paraste a un lado mío, me dijiste que me llevabas, no me quedó más que aceptar. Noté que en el asiento trasero traías cerveza pero no dije nada. En el camino te portaste conmigo como hacía mucho tiempo no lo hacías, dejando a un lado la autosuficiencia, lo pagado de tí mismo que solías ser últimamente. Me invitaste a dar la vuelta, me insististe como cuando éramos niños y llorabas para que me quedara a dormir en tu casa. Yo no quería, me negaba: mi papá no me va a dejar, tengo que hacer un trabajo en equipo, etc etc, pero insististe hasta el cansancio: yo le pido permiso a mi tío, ándale no seas así, hace mucho que no platicamos. Llegamos a mi casa y cuando me estaba bajando del carro, llegó mi papá y te bajaste de inmediato del carro: Tío, deja que Paty me acompañe a hacer una tarea? venimos temprano. Mi papá dijo que sí no tenía tarea yo, sí podía ir, yo estaba diciendo que sí, cuando tú ya estabas dándole al carro. No sé porque no dije no y ya. Nos fuimos. Seguías muy alegre, abriste una cerveza, me ofreciste una, no manches, son las 3.00 de la tarde, te dije. Qué tiene? mis amigos y yo desde en la mañana andamos tomando casi todos los días. Lo decías muy orgulloso, como sí me estuvieras platicando una gran hazaña. Empezaste a platicarme que te salías de clase bien seguido, que no importaba porque eras muy chingón y con leer unos apuntes pasabas con 10 los exámenes. Mi arrepentimiento por ir contigo crecía cada vez más y más. Llegamos a la presa, apagaste el carro. No sé como fué que empezó todo, durante tanto tiempo hice mi mayor esfuerzo para olvidar que creo que lo logré.

Solo recuerdo que de pronto ya me estabas confesando que estabas enamorado de mí desde siempre. Que ya no podías seguir ocultandolo, que tu vida era un desastre porque no sabías que hacer contra ese sentimiento, que de niños no me habías dicho nada pero que ya era tiempo. Llorabas. Yo? petrificada. No sé porque siempre me pasa eso, cuando sucede algo así, algo que me afecta mucho mi reacción es no tener reacción. Como si yo estuviera lejos de ahi, como si estuviera viendo una película, como si fueran otros los que estuvieran viviendo eso. Tú lo notaste, me estrujabas, me pedías a gritos que te respondiera, que te dijera algo, pero yo no tenía nada que decir. Empecé a temblar, quería salir corriendo de ahí pero no me podía mover, quería consolarte, verte así me dolía mucho, pero sentía que sí hacía cualquier movimiento o decía cualquier cosa iba a involucrarme en algo que no deseaba para nada.

Por eso sé que yo nunca estuve enamorada de tí, no podía darte consuelo.
Me dijiste que nunca habías pensado que yo fuera tan fría, que como podía verte tan desesperado y no decir nada. Mi actitud no cambió. Luego de un rato ( no sé cuanto tiempo pasó) te acostaste en mis piernas, seguías llorando, yo solo viendo hacia el frente.
Me pediste un beso. Al menos querías tener ese recuerdo. Yo te veía y sentía que nunca te podría besar. Gracias a Dios que no recuerdo todo, como dije hice un esfuerzo sobrehumano para olvidarlo y parece que dió resultado en un 50%. Solo recuerdo que accedí a besarte. Un beso superficial pero eso fué suficiente para que me diera asco de mí misma durante mucho tiempo. Creo que tengo que ir con un loquero para que me quite ese trauma, quizás hago una tormenta en un vaso de agua, pero trato de ser lo más veraz posible. Sería mejor contar que disfrutamos de un breve capítulo de amor, o que terminamos por casarnos, o que me dejaste por otra, pero no, así es como todo sucedió y no lo puedo cambiar.

Decías que ibas a hablar con mi papá para que te diera permiso de andar conmigo. Que ellos tenían que entender, que no éramos primos en verdad. Te dije que ni se te ocurriera, y te lo dije en tal tono que te asustaste. Te dije que eso nunca iba a ser porque yo no sentía lo mismo por tí. Empecé a ser cruel y dura. No soportaba esa situación, te odiaba por haberme hecho esto. Al principio sentí mucho tu dolor, pero luego una furia incomprensible me hizo ser egoísta y no ver lo que sufrías. Por ello si pido perdón.

Lo que siguió ese terrible día fueron sucesos insufribles, fuiste a buscar a un viejo enemigo para golpearlo porque tenías que desquitarte con alguien, desquitar tu furia y frustración. Tuve que detenerte, cuidarte, mientras el odio me dejaba un amargo sabor de boca. Cuando finalmente, luego de horas me llevaste a mi casa, todavía me pediste que lo pensara, que te diera una oportunidad, solo una. Me bajé del carro sin decir palabra.

Al día siguiente fuiste por mí como siempre. Me negué a salir. Te dejé afuera pitando y pitando, mi papá me regañó, me insistió. No hubo poder humano que me hiciera irme contigo, mi mamá alcanzó a ver mi angustia y sanjó la situación diciendole a mi papá que si no quería irme contigo era por algo. Cruzaron miradas de preocupación y finalmente mi papá tuvo que salir a decirte que no me iba a ir contigo y que ya no pasaras por mí, que de ese día en adelante ellos me iban a llevar a la escuela.

Ese día trataste de hablar conmigo en la escuela, te veías muy desesperado. Yo ni siquiera te volteé a ver, pero alcanzaste a pedirme perdón, que andabas borracho, que no era cierto lo que me habías dicho. Como pude me escapé. Nunca le platiqué a nadie, hasta que conocí a Nef y encontré a alguien que consideré un gran amigo, alguien en quien podía confiar como en nadie, después de tí. Pero eso fué mucho después.

Pasaron unos meses en que logré que no nos vieramos para nada. Luego un día mi mamá me dijo: qué crees? el tonto de Adrián embarazó a la novia y se van a tener que casar.
Me quedé helada, todavía no terminabas la prepa. Pero al mismo tiempo sentí que todo por fin había pasado y que ya podía descansar de toda esa culpa que llevaba cargando.
Un día, sin querer te encontré en la cafetería, estabas tomando una soda. Te saludé y tú a mí. Inmediatamente me contaste que ya ibas a ser papá y que ya te ibas a casar. Te felicité.

Al poco tiempo te casaste. Lo supimos por tu mamá. Saliste de la prepa y te mandaron a estudiar a Chihuahua. Un día estaba afuera de mi casa, cuando pasaste y te detuviste a platicar. Me dijiste que te la pasabas a toda madre en Chihuahua, que nunca ibas a la escuela, que te la pasabas jugando a las cartas, que ya habías empeñado todo, pero que valía la pena. Te dije que agarraras la onda, te estaban pagando todo, una escuela cara y aparte te ayudaban con tu nueva familia porque no estabas trabajando. Tus suegros y tus papás estaban apoyandote ahora para que luego pudieras cuidar tu mismo de tu familia. Te reíste, y dijiste que tenías todo controlado. Nació tu hija. La ví solo una vez una Navidad en casa de mi abuelita, al poco tiempo tú y tu esposa chocaron en tu carro porque iban discutiendo y te caíste a un canal, no les pasó nada de gravedad, pero perdiste el carro totalmente.

Una de esas veces concidimos en tu casa. Me pediste que saliera un rato contigo al jardín. Ahí me volviste a decir que me amabas, que nos escaparamos, que te iban a dar un trabajo en no sé donde, que nos fueramos juntos. Esa vez yo estaba más serena y te dije claramente que no, que no sé porque seguías pensando en eso, que lo olvidaras para siempre.

Yo me fuí a estudiar a Juárez, y cada vez que venía era una nueva historia:
A Adrián ya lo corrieron de la escuela. Adrián ya está trabajando de "cualquier cosa", mira que arruinar así su vida, y finalmente la más dura de todas. Adrián se está divorciando. Ya no lo dejan ver a la niña, se la van a quitar totalmente. Y así fué, nunca más la volviste a ver. Al parecer te habías convertido en un borracho de diario y sabra Dios que más cosas hacías de tal forma que la mujer que te había querido tanto te borró de una vez y para siempre de su vida.

Te fuiste hundiendo cada vez más, las noticias eran cada vez más parecidas: borracheras, deudas, trabajos que terminaban mal, incluso al parecer una vez robaste en un trabajo para seguir una borrachera.

En qué te habías convertido? Cada vez eras menos el Adrián que conocí.

Y la culpa siempre me anduvo rondando. Cuando me casé fuiste a mi boda. Ibas con tu nueva esposa, ya embarazada. Platicamos un rato. Ella te quería mucho y parecía que estaba dando algo de equilibrio a tu vida. No sé si alguna vez le contaste sobre mí o me odió de a gratis, pero no me podía ver ni en pintura, aunque se notaba que era buena persona.

Luego también la perdiste, después de que aguantó miles de cosas de tu parte, finalmente te abandonó cuando estaba embarazada de su segunda hija. Nuevamente te quedaste sin tus hijas, a la primera nunca la volviste a ver y a estas dos de tu segundo matrimonio ya no te dejan verlas tampoco. Cada vez es peor el grado de alcoholismo que presentas.

Cuando Yuri murió, fuiste al sepelio, te veías muy triste y algo asustado, creo que pensaste que podías ser tú, tú también has tratado de suicidarte varias veces.

Adrían. Creo que todos te fallamos, nadie supimos ayudarte. Tus papás algo hicieron contigo, te dañaron irremediablemente, su abandono, sus maltratos, todo eso te dañó para siempre. Y yo, me fuí separando de tí de tal forma que ahora somos dos completos extraños con vidas completamente alejadas una de otra. No queda nada, salvo los recuerdos, de lo que nos unió en otro tiempo. Para mí son recuerdos invaluables, fuiste una constante compañía cuando más lo necesitaba, por ello es que me siento culpable porque no te he retribuido en la misma forma

Espero algún día me hayas perdonado, sé que ya no soy para tí lo que era antes, la mirada de tristeza, melancolía, amor para mí, ya desapareció finalmente, ahora ha sido sustituída por indiferencia y lo agradezco, no soportaría saber que todavía me necesitas. Solo espero que no me guardes rencor por no haberte correspondido el amor que me tuviste alguna vez.

Solo espero que alguna vez puedas recuperar al Adrián que eras antes, antes, y que puedas ser feliz.

Saturday, March 18, 2006

Adrián

Ayer te ví, al principio no te reconocí. Luego ví mi culpa en tus ojos.

Nos conocimos cuando yo tenía tres años y tú 4. Mi mamá acababa de casarse con tu tío y fueron a presentarme con la familia. Tú estabas parado a un lado de tu mamá cuando hice mi entrada triunfal: una niña gorda, gorda, pelos despeinados y la cara llena de chocolate. Todo fué verme un instante para que voltearas a ver a tu mamá y le dijeras con la cara más seria que hasta ese momento habías tenido: con ella me voy a casar cuando esté grande. Todos rieron y tomaron el asunto como cosa de niños. Dicen que desde ese día nos hicimos inseparables.

Mis primeros recuerdos contigo son en el río de Meoqui, jugando en el agua. Recuerdo nuestras risas y como se iba anocheciendo mientras nosotros jugabamos incansablemente. Yo vivía en Juárez con mi abuela, Yuri y Yaya, tú vivías en Meoqui, así que nos veíamos esporádicamente. Luego cuando tenía 6 años me fuí a vivir a Villa Ahumada con mi "papá" y mi mamá. Fuiste a mi fiesta de cumpleaños número 7. Cuando bajaste de la camioneta de mi papá, llevabas en tus brazos un chachorrito café. Me lo llevabas de regalo, tus ojos brillaban de felicidad y yo reía también feliz. Yuri lo bautizó: Dogui. Fué nuestro compañero de juegos durante muchos años.
Te quedaste unos días de visita en mi casa y cuando llegó el día de partir, lloraste, no te querías ir. Yo solo te observaba muy seria, creo que ahí definimos como iban a ser las cosas. Tú siempre llorabas, siempre querías estar conmigo y hacías todo para que así fuera. Yo solo observaba.

Después nació mi hermana. Las cosas en mi casa cambiaron, mi vida se hizo más complicada, tú también tenías un hermanito. Nuestra unión se fortaleció, a veces sentíamos que solo nos teníamos uno al otro. De cualquier forma ahora te veía con más frecuencia pues mi papá viajaba más seguido para Delicias y yo siempre me colaba. Todavía hoy cuando voy entrando a Delicias, me acuerdo y siento la sensación que sentía de niña cuando íbamos llegando, ver los árboles del último tramo de carretera, cruzar por el mercado, pasar por la plaza, tomar la carretera que iba para la colonia donde vivía tu abuelita (luego yo también comencé a llamarla así) y finalmente entrar a terracería, ver la casa de lejos y entrar a la cochera de la casa, mi papá apagaba la camioneta, mi corazón palpitaba a mil por hora, el estómago revuelto, la expectación era incontrolable. Entonces oíamos la puerta caer, tus pasos al correr y gritar: ya llegó Pay, ya llegó Paty!. Yo bajaba lo más rápido que podía de la camioneta, y al bajar siempre nos empujabamos, esa era nuestra manera de saludarnos. Luego empezabas a platicarme atropelladamente esto o áquello, abuelita nos regañaba, mi papá nos regañaba porque yo no saludaba a nadie, no ayudaba a bajar las maletas, que parecía que lo único que iba a hacer ahí era verte a tí. Y eso era cierto, solo iba para verte a tí, nadie me importaba, solo tú. Eras como otra parte de mí, con quién podía estar a mis anchas, desde entonces nunca he tenido mejor compañia en mi vida, salvo cuando estuve embarazada y traía conmigo a mi hijo. Solo con ustedes dos he encontrado ese tipo de comunión, de sintesis de dos personas, claro que de muy diferente manera. Con Yuri era diferente, él era mi ídolo, era como un dios, algo por encima de todos, el mentor, siempre buscando su aprobación, contigo era estar de igual a igual.

Los días pasaban entre juego y juego. Hacíamos lo que queríamos pues los demás se ocupaban de todo menos de nosotros dos. Nos llevaban a la presa, al Río de Meoqui, a Rosales. Nosotros siempre ibamos atrás de la camioneta, en realidad vivíamos en nuestro propio mundo, el resto de los primos eran accesorios para jugar, los importantes éramos nosotros. Tú me contabas historias inventadas por tí, de vaqueros, de asesinos, de acción. A mí me gustaba contarte historias de terror, nos escondíamos abajo de una cobija con una linterna, palomitas y sodas. No sabías que cuando no estaba contigo, era una ávida escucha de estas historias, que siempre preguntaba todos los detalles, tomaba puntos de aquí y de allá para aprender a crear suspenso. Y cuando te contaba las historias las alargaba, te hacía temblar aunque siempre lo negaras. A tí el miedo nunca te hizo cerrar los ojos, lo recuerdo bien. Luego te enojabas cuando me reía de tí y de que caías en el susto que invariablemente te hacía sentir, empezaba a ver sobre tu hombro con cara de terror, volteabas para atrás de inmediato, o me quedaba seria de pronto y te decía: shh, cállate, no escuchas el llanto??, a veces no aguantabas y decías que tenías que ir al baño. Yo aprovechaba para esconderme y eso te enfurecía.

Días perfectos. No puedo describirlo de otra manera. Tardes llenas de sol. Juegos, risas. Platicas interminables. Y a veces nos quedabamos en total silencio. Fué cuando descubrí que solo con las personas que quieres y que conoces y te conocen bien puedes disfrutar y soportar el silencio.

Como te digo, sentía que eras mi otra parte, pero no puedo decir que estuviera enamorada de tí. Yo nunca pensé en eso, eras tú y yo y nada más. Pero creo que ahí se fueron torciendo las cosas hasta quedar en lo que son hoy. Debí haberlo imaginado, pero era una niña, tú también eras un niño, estabamos creciendo, estabamos aprendiendo. No tengo atenuantes, pero sí hay una explicación es ésta.

Cuando yo venía de visita, nos quedabamos con mi abuelita. Tú también te quedabas, a pesar de que todos renegaban que era mucha gente, etc, nos escondíamos pensando que tal vez te les olvidaras a tus papás y te quedaras conmigo, le rogabamos a mi abuelita que nos hiciera un "tendido" y que ahí dormíamos tú y yo, que no íbamos a molestar: Después de tantas lamentaciones, terminaban por aceptar.
Siempre que yo despertaba, te veía a un lado mío contemplandome, recuerdo tu carita con una expresión de melancolía, tristeza, algo que no podía lograr entender. Pero en cuanto te veías al descubierto, cambiabas tu expresión, sonreías y me empezabas a golpear: levantate flaca, vamos a desayunar.
No podías estar un momento separado de mí, si me bañaba, me esperabas afuera del baño hasta que salía, si me demoraba en comer me esperabas hasta que terminaba, si me ponía a leer, te sentabas a un lado mío y hacías como que leías, hasta que no soportabas más y me pedías que jugara contigo.

Pasaron miles de cosas en los siguientes años, tus peleas con tu papá eran peores porque ya sabías defenderte, y los conflictos en mi casa también eran más fuertes. Seguíamos unidos.
Un tiempo vivimos en Delicias, nos veíamos todos los días, luego regresamos a Villa Ahumada. Pero nos veíamos en vacaciones, estabamos creciendo. Tú me platicabas de alguien de quién estabas muy enamorado, nunca me quisiste decir su nombre, me decías que siempre la habías querido y que nunca te había gustado nadie más, que esperabas pasar con ella toda tu vida. Yo me sentía en desventaja porque nunca me había enamorado. Tú solo me veías con esa misma expresión de tristeza que no podía alcanzar a comprender.

Por fin me enamoré por vez primera, estaba en primero de secundaria y él se llamaba Alberto. Llegaron las vacaciones y me preparé para venir a verte como siempre, ahora ya tenía algo que contarte. Pero todo había cambiado, ya eras un "chico grande". Cuando llegué a tu casa, solo me recibiste con un apretón de manos: Cómo estas, flaca?, usabas sombrero, botas, pantalón de mezclilla vaquero, voz fuerte, te veías completamente diferente. Me quedé callada. Te despediste: Ya me voy con mis amigos a pistear (??). Esas vacaciones no te ví para nada, hasta el último día que llegaste de pronto a casa de mi abuelita, pensé que ibas a verme, pero no, ibas por algo que necesitabas. Se veía como me rehuías. De todas formas no eras para nada Adrián, eras otro. La tristeza que sentí era insoportable, pedí a mis papás que regresaramos cuanto antes a Delicias, estaban sorprendidos, yo nunca quería irme. Pero ya no tenía nada que hacer aquí.

Pasó un año en el que no nos vimos. Yo tuve mi primer novio, andaba en mis propios asuntos y a veces extrañaba todo lo que viví contigo. Cuando estaba yo terminando tercero de secundaria, fueron a visitarnos a Villu tú y mi abuelita. Otra vez eras tú, habías dejado atrás el disfraz de ranchero venido a menos. Volvimos a platicar, a reír, aunque definitivamente algo había cambiado para siempre. Una noche nos quedamos platicando hasta muy tarde, me quedé dormida en un sillón, tú en el otro. De pronto, desperté y tenías tu cara a unos cms de la mía, me asusté y quise gritar, me callaste con la mano: solo quería despertarte para que te fueras a tu cama. Pero sé que en realidad tú me querías besar.

Pasó el tiempo, terminé la secundaria. Nos fuimos a vivir a Santa Isabel, yo estudiaba en Chiras en el bachilleres, luego nos venimos a vivir a Delicias y entré a la prepa en la que estabas. Ya no usabas esa ropa de chero, pero estabas muy cambiado, me tratabas con cierta condescendencia. Tenías tu carro del año que te habían comprado recientemente, tenías muchos amigos, novia. Platicabamos pero ya como simples amigos cuando coincidíamos en casa de mi abuelita, a veces te me hacías insoportable, porque eras presumido, jactancioso, pero te seguía queriendo. Sin embargo, a veces te sorprendía viendome con esa misma expresión que recuerdo desde tiempos inmemoriables.

Vivíamos muy cerca, y te ofreciste a pasar por mí en las mañanas. También pasabas por un amigo tuyo. Pronto se empezó a convertir en una pesadilla. En cuanto salía de mi casa, comenzabas a chiflarme, todo el camino le ibas diciendo a tu amigo que que bonita prima tenías, que bonitos ojos, etc, el muchacho y yo la pasabamos claramente incómodos, sobre todo él que no sabía que en realidad no éramos primos. Se me hacía eterno el camino a la escuela, de regreso siempre veía la forma de evitarte.

Pero el día fatídico llegó.

Wednesday, March 15, 2006

Fuí, ví y vencí.

1.- Me llegó un mensaje a mi celular:
Podrá ir tu mamá por Brandon al Kinder? porque yo no puedo ir.

2.- Mamá de Paty: No, no puedo ir.

3.-Pido permiso para salir 20 minutos y me voy echa la mocha (saben por qué se dice así?, no saben?, pero sí es clarísimo, en los tiempos de la revolufia mexicana, nuestros entonces jóvenes tatarabuelos le decían "mocha" a la máquina del tren, como era el medio de comunicación más rápida, cuando tenían que enviar un mensaje con suma urgencia le quitaban los vagones al tren y mandaban la máquina a todo lo que daba para que obvio, llegara más rápido a su destino. Tons, veían una máquina a gorro quitado (sabían porque se dice gorro quitado?, ps yo no) y ya sabían que era para algo urgente. De ahí que si veían a un cristiano con prisa le decían: "anda echo la mocha" y así hasta nuestros días...qué?, qué ya es un dicho obsoleto? ps yo lo sigo usando, má!)
Total, voy echa la mocha y casi me estrello con un tipejo que se pasa un alto y no conforme con ello, se queda ahí en medio, justo donde estoy a punto de partirle la jeta en mil pedazos, pues bien, tuve que hacer todo un acto de malabarismo y escape que al mismo Houdini lo haría palidecer de envidia. El imbécil solo se quedó viendome, perplejo, sin moverse un ápice, esperando solo el fregazo, GRACIAS A MI, no estamos discutiendo en estos momentos con nuestros aseguradores, pequeño pedazo de mi....

4.-El tránsito que iba delante de mí, ni se inmutó con mi "posible" choque, pero sí que multó al que iba delante de él porque iba a "exceso de velocidad" osea, para los estándares delicienses, como a 40 kms por hora.

5.-Llego al Kinder, no encuentro estacionamiento, son 5 para las 12. Dios!! por fin, encuentro un pequeño paraje, me estaciono, sale de la casa una viejita pelos parados: no, no puede estacionarse aquí, jovencita. Solo porque me dijo jovencita me quito de ahí. Encuentro otro lugar lejos lejos del kinder. Corro, Paty, corro.

6.-Llego al kinder. Timbre. Abren puertas. Entramos como vacas en busca de sus becerros. Todos los niños corren a los brazos de sus amantes madres. Brandon se queda parado, le hablo, le grito: Brandon, aquí estoy. Por fin me ubica, me ve con cara de decepción: pero..quién va a venir por mí?**. Toing.



7.-Lo convenzo que soy yo, su madre, que tiene que venir conmigo, te voy a llevar con papá, tomo su móchila, la maestra me caza y me dice: qué no se va a quedar a la junta???
er...(??)..claro, sí ya sabía, solo iba a este...(balbuceos ininteligibles), entro al salón y me siento en la minúscula silla de Brandon.

8.-Empieza la junta, todas las señoras hablan entre sí, todas saben el tema, Paty trata de aparentar seguridad, todas la ven como bicho raro, por fin una pregunta socarronamente: hoy descansó??. No, no descansé, pedí permiso para venir por MI hijo. Su expresión cambia por mi actitud cortante y se sienta enseguida de otra señora. Empieza el pleito: que si la tesorera no da un informe detallado de gasto, que la maestra no encarga tarea a los niños todos los días.
Se dividen los bandos, Paty en medio viendo su reloj a cada minuto, recibiendo mensajes de su esposo: salte de la ?¡)(/&&% junta, son bien largas y nunca arreglan nada, etc. Disimulo. Nef dice: sí, mulo.

9.-Las señoras empiezan a decir las mismas sandeces de siempre, de esas que dan pena ajena: los niños son el futuro del país, que los papás que trabajan todo el día y no les ponen atención (pedrada!!), que no hay que presionarlos, bueno, desgarrandose las vestiduras y haciendose pasar por modelos de madres. Já y recontra já. En serio que no sé porque no les da pena hacer estos numeritos, toda la vida las veo hechas bola en la puerta, hablando mal de la maestra, de las mamás que no están ahí (que dirán de mí?? me vale....), es decir, no tienen NADA que hacer más que estar chirinoleando, a veces envidio esa vida fácil de fodonguez, de: oíga, fíjese que ....(inserte algún chisme aburrido, una opinión pendeja, o una escena de churro novela), que chido tener esposos que las mantengan y preocuparse solo por sí fulano ya dejó a quien sabe quién, o que sí le ponen cuerno a no sé quién. Y sé que la misma aversión les causo yo, que me ven con curiosidad como si fuera un bicho raro, porque JAMAS, en dos años de vernos 5 días a la semana, he hecho algo por tener un acercamiento con ellas. No paso de un buenos días, punto.

10.-La directora estaba en la junta, ya había oído hablar de ella, porque es muy bonita, del tipo de María Félix, ojos gigantes, cejas arqueadas, nariz recta, pómulos altos, etc, tendrá menos de 40 años, ya un poco pasada de peso y alta. Durante su "ponencia" (nos puso un cague a todos los padres del mundo, etc) me veía y me sonreía, muy amable con todos. Cuando se acaba la junta, me levanto y muestro en todo mi esplendor mi 1.70 de estatura y vemos como soy más alta que ella, su cara cambia de inmediato. Esa expresión ya la conozco y me caga, es la expresión de una mujer alta cuando se topa con una más alta. Por mí que todas estuvieran más altas que yo, si algo pido para mi próxima vida es ser chaparra y con mucho dinero, tons no sé porque luego luego a las mujeres les salta el odio cuando están más chaparras que otras, yo en lo personal soy feliz cuando estoy con alguien más alta que yo. Antes, muy antes, me sentía mal por mi estatura, porque digo, 1.70 no es la gran cosa, pero estoy rodeada de mujeres que no pasan del 1.62. Es mea culpa?? NO!, así que aguantense cada una con su estatura y si no, coman churro.
Harta estoy.

11.- Una hora y media después salgo del kinder, llevo a Brandon al teatro donde está su papá, lo dejo con el dolor de mi alma (disfruto mucho los momentos inusuales que paso con él) y llego a mi trabajo sofocada, hambrienta.

12- Me como mi grasosisimo burro mixto (carne de res y de pig) sin ningún remordimiento.

13.-Llega Luis, entra a la oficina y dice que huele a puro burro de El Borrego de Oro, le digo: sí, será porque estoy eructando a cada momento, ven para darte un beso de lenguita.

Risas frenéticas.

Fin.


**Explicación para lectores poco duchos en imaginar lo obvio: yo nunca voy por Brandon, yo lo llevo en las mañanas y su papi pasa por él a medio día, por ello su extrañeza al verme a mí en lugar de su papá.

Tuesday, March 07, 2006

La hora de las confesiones vergonzosas II parte.

Volviendo a la edad de las mocedades, ayer que fuí a casa de mi mamá, me enseñó en medio de grandes carcajadas, una foto mía de cuando yo tenía la tierna edad de 11 años.
La risa era debido a que yo estaba claramente caracterizada como una integrante del grupo "flans", mallas color verde mayate, un "blusón" blanco, un enorme cinto blanco con piedras de colores, zapatillas negras y una enorme colita despeinada en lo más alto de mi cabeza. En realidad, más que una seguidora de Flans parecía un troll o algo así con esa melena despeinada, flaca como la fregada y con esos extraños cachetes que tiene uno cuando está entre que crece y entre que se sigue siendo niño.

Pero esto no es lo vergonzoso, como balde de agua fría, al ver las fotos recordé que mis amigas y yo jugabamos a ser Flans, y nadie quería ser Ivonne, jajaja, otras amigas me han platicado que les sucedía lo mismo, claro que la ganona era la que representaba a Ilse, ensayábamos durante horas en el porche de mi casa ante la mirada burlona de los niños pero a nosotras sus burlas nos valían un soberano cacahuate!! (ay que seguridad teníamos, ahora la añoro)

Pero eso no es todo, llegó el día del niño y nosotras queriendo compartir nuestra pericia en el baile (no mamen, están súper ñoñas las coreografías, ahora lo puedo ver con suma claridad, jaja) nos ofrecimos a ser el "choú" en el salón y mientras los demás engullían su pastel y sus dulces, nosotras bailabamos al ritmo de "te conocí en un bazar, un sábado a medio día.." y éramos hiper felices. Peroooooooo, siempre hay un pero. No podíamos quedarnos solo con las mieles de un pequeño universo de lepes tontos, no, no señor. Expandimos nuestros horizontes y decidimos ir a tocar puertas, fuimos-a-cada-uno-de-los-salones a ofrecer nuestros servicios de baile. Y si, cada maestro o maestra nos aceptó con una sonrisita torcida, entrabamos con una seguridad impresionante al salón, conectabamos la pequeña y chafa grabadora y a bailar se ha dicho.

Pasaron los años y todavía había chavitos que me preguntaban:
Tú fuiste la que bailó en un Día del Niño en la escuela X, verdad??

La mente es cabrona, como es posible que las reglas de ortografía, las tablas o un hecho histórico se les borre de la mente a un niño, pero la ignominia sea recordada con fuerza sobre humana??

Chale, y luego dicen que por que no he vuelto a Villu!

Friday, March 03, 2006

El Zorro.

Hoy por la mañana me encontré en mi casa un libro de D.H Lawrence, titulado El Zorro.

No sé porque demonios nunca antes lo había visto, el caso es que lo empecé a leer mientras desayunaba un cereal delicioso (obvio que esto fué después de llegar de brincar como loca enajenada en el nuevo gimnasio al que me inscribí, así que no piensen que soy una floja redomada, ps miren éstos!)

Total, que me quedé en la página 77 y ya ardo en deseos locos de volver a mi casa a terminarlo, es un libro corto, así que espero hoy mismo escabecharmelo, la verdad es que está buenísimo. Sospecho que era de Yuri, tal vez ahí lo dejó algun día que fué a visitarme o tal vez fué de los que me iba heredando en vida, pero por ello tiene doble, triple aprecio para mí.
Es hasta el momento lo mejor que he leído en este año 2006, después de probar varios desafortunados nuevos títulos, el año pasado lo único bueno que leí y que me haya dejado este mismo asombro pasmoso fué El Barón Rampante, de Calvino.

Ya no tengo tiempo para que al terminar de leer un buen libro, lo empiece de nuevo inmediatamente, pero estos dos serían, si estuviera en mis buenos tiempos, de áquellos libros que leía hasta 5 veces seguidas. Pero esos tiempos ya pasaron, solo me queda seguir pensando en ellos durante varios días, recordando pasajes, líneas, personajes, intrigandome por lo que no nos cuenta el autor pero que está latente entre líneas.

Tan bueno es este relato corto que hasta Bukowski (el poeta preferido de Yuri) lo menciona en un poema:

adiós
adiós Hemingway adiós Celine (murieron el mismo día)adiós Saroyan adiós mi buen Henry Miller adiós TennesseWilliams adiós a los perros muertos en las autopistas adiós a todo el amor que nunca funcionó adiós Ezra siempre es triste siempre es triste cuando la gente se entrega y es usada lo acepto loacepto y te legaré mi automóvil y mi encendedor y el cáliz de plata que utilizo para beber y el techo que mantuvo afuera casi toda la lluvia adiós Hemingway adiós Celine adiós Saroyan adiós mi buen Henry Miller adiós Camus adiós Gorky adiós al equilibrista cayendo del alambre mientras los rostros vacíos miran hacia arriba hacia abajo a ninguna parte enfurécete con el sol, dijo Jeffers, adiós Jeffers, yo sólo puedo pensar que la muerte de la buena y mala gente es igualmente triste
adiós D.H. Lawrence adiós al zorro en mis sueños y al teléfono fue mucho más difícil de lo que supuse adiós Tony Dos Toneladas adiós al Circo Volador ya hicieron suficiente adiós Tennesse alcohólico caprichoso estoy bebiendo una botella más de vino por vos esta noche.
Ay, de mí, que estoy en esta cárcel, ya quiero llegar mi casa por mi zorro!!