Estos son las cosas que de niña AÑORE y nunca pude llevar a cabo o cumplir mi deseo:
1.-Disfrazarme de Hada Madrina. Siempre soñé con usar un vestido blanco con crinolina, usar una hermosa tiara y tener mi varita mágica. Luego pensé que en mi primera comunión podía aprovechar para al menos usar un vestido como el que traía en mente, pero solamente el año que hice mi primera comunión se optó porque las nenas llevaramos hábito mongil. Mi mayor coraje fué ver que el mero día varias niñas en lugar de hábito llevaron sus vestidos blancos con crinolina y nadie les dijo nada! una lágrimita traicionera se me salió en plena Iglesia. Luego pensé que sí algún pariente se aferraba a que yo tuviera fiesta de XV años entonces sería mi oportunidad. Pero no, en mi casa nunca se ha estilado eso, y de todas formas yo a los XV ni loca hubiera querido hacer ese papelón. Luego pensé que cuando me casara podría cumplir mi tan anhelado sueño de usar vestido blanco d´esos pero cuando tienes una panza de embarazo de 4 meses como la mía, creánme, un vestido de novia equivale a un suicidio social directito y sin escalas. Aún así me probé algunos, resultado? parecía la legendaria Lolis la Gordis.
Sueño denegado para siempre, snif.
2.-Tener el cabello largo y usar trenzas largas como la Tutis. Mi amá decía que era imposible dejarme el cabello largo porque siempre andaba greñuda y por ello siempre fuí la niña que parecía niño. Recuerdo una vez, cuando tenía 6 años y mi cabello estaba un poco más largo que el corte famoso en forma de "hongo" mi mamá me llevó a que me "despuntaran" el cabello, la hice prometerme que solo era eso, que me lo quería dejar crecer. Me juró y perjuró que solo sería un cm lo que me iban a cortar e ingenuamente accedí de buen modo a ir con Coco, la estilista oficial de Villu. Cuando me siento en la silla de corte, escucho a mi mamá chuchichear con Coco y luego decir en voz alta: solo las puntas por favor, Coco. Zás!! que me corta el cabello casi a rape!! Até cabos inmediatamente, la cuchicheada fue para decirle a Coco lo que tenía que hacer. Salí llorando de rabia, mi mamá me quiso consolar comprandome unos M&M's, los cuáles claro que me los comí, aunque entre lágrimas y sollozos. Duré varios meses para poder perdonarla. Huelga decir que ese día lloré tanto hasta que me regañaron muy fuertemente mis apás y luego de una nalgada se quiso zanjar el asunto. Bah! nunca lo olvidé, eso fue Alta Traición!. Hasta los 16 años volví a dejarme crecer el cabello.
3.-Mi casita de Barbie. Fuí fanática de las barbies hasta que estaba en Secundaria!! sí, no me da verguenza admitirlo, y siempre de los siempres soñé tener una casita de Barbie. Cuando tenía 5 años vivimos en México y casi no tengo recuerdos de allá, pero no se me olvida que una vez al pasar por un aparador ví la casita de mis sueños. Tenía elevador!!!!!!!!!!!!!
Mi mamá me dijo que Santa Claus me la iba a traer. Ni esa navidad ni nunca recibí mi casita pero la esperé pacientemente por varios años. Nunca externé mi desilusión y tal vez por eso mi mamá no supo que era tan importante para mí pero hasta la fecha me detengo a ver los artículos de Barbie un buen rato soñando con tener mi casita. Suspiro.
4.-El set de la Muñeca. En un catálogo de JCPenney que un día mi mamá llevó a la casa de una tía, ví el juguete más espectacular que en mi vida volví a ver. Era un set hermoso que constaba de cuna, periquera, moisés y creo que portabebé, además de un hermosisisimo guardarropa para una muñeca que hacía palidecer de envidia a cualquier otra de lo bonita que estaba, en la foto se veía a dos niñas jugando en el set y se podía apreciar que no eran artículos pequeños como los que muchas teníamos ya, eran como si fueran de verdad!! le rogué a mi mamá para que me comprara al menos la muñeca. Me contestó que cuando tuviera dinero, de eso hace más de 25 años y es fecha que mi mamá no ha tenido dinero. El catálogo nunca lo volví a ver pero esa fotografía la tengo casi memorizada.
5.-Acampar con Yuri. Yuri y yo, cuando vivíamos en la Ocampo, jugabamos a acampar en el patio, nuestros trastes eran mis trastecitos que mi abuela siempre tuvo bien equipados, le gustaba mucho comprarme en La Chaveña trastecitos de juguete pero que eran como los de verdad, entonces podíamos hacer una pequeña fogata y ahí cocer winnies o quemar bombones, o derretir queso, mientras hacíamos guajiros planes de cuando estuvierámos grandes ir a recorrer el mundo de autostop y sin mucho dinero por lo cual tendríamos que acampar. Hasta guardé por años algunos trastecitos que creíamos firmemente que nos iban a servir y como estaban chiquitos no iban a estorbar tanto. A lo más que llegué con Yuri fue a subir el Cerro Grande en Chiras y no fue precisamente un campamento pero eso ya es otra historia. Otro sueño que no se podrá cumplir nunca.
Y ustedes, qué deseos frustrados tienen de su niñez?
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Friday, August 24, 2007
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